Cuando
Pablo fue encarcelado en Filipos, a medianoche, sobrevino un terremoto y se
abrieron las puertas de la cárcel. El carcelero viendo las puertas abiertas,
pensó que se habían escapado los presos y quiso suicidarse. Pablo se lo
impidió. El carcelero pregunto: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Le
respondió: Cree en el Señor Jesucristo, y serás
salvo, tú y tu casa. Y sabemos que el creyó junto con
sus familiares.
Este
versículo como muchos otros ha sido mal interpretado por muchas personas. Piensan
que sólo basta con creer en Jesús y también piensan que sin obedecer se
salvarán. La palabra tiene mucho que enseñarnos, sobre este punto. Hechos
16:24-30
Ahora
bien, para que alguien crea es necesario que otra persona le predique, le
enseñe. Pablo le predico al carcelero, y él lo llevo a su familia para que
ellos también tuvieran la oportunidad de salvarse.
Para que
nuestra familia se salve es necesario predicarles, enseñarles y hacer la labor
que hizo el carcelero de Filipos, él no sólo se quedó con lo escuchado lo llevo
también a sus más cercanos.
Dios es fiel y su palabra es clara no callemos imitemos a Pablo y prediquemos y enseñemos a nuestros seres queridos.
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